Desde
los comienzos del capitalismo moderno y hasta nuestros días, gran
parte de la humanidad ha querido, esperado o activamente perseguido, un cambio profundo en los modos de organización y operación de la
economía.
Muchos
aspiran al cambio porque experimentan la marginación, la exclusión
y la pobreza, o porque sufren directamente la injusticia de este
sistema. Otros buscan el cambio porque los modos de operar, de
relacionarse y de organizar los procesos de producción,
distribución, consumo y acumulación capitalistas, basados en el
afán desmedido del lucro, la competencia desenfrenada, el
consumismo, la subordinación del trabajo al capital, contradicen sus
ideales, sus valores, sus principios intelectuales, morales y
espirituales.
En
la búsqueda de una nueva economía se han desplegado procesos
históricos, luchas sociales, experiencias organizativas y dinámicas
ideológicas y políticas de enorme magnitud. Tales procesos han
seguido dos direcciones principales: la de una transformación
'sistémica' o macrosocial, por un lado, en que el énfasis ha sido
puesto en la acción política y en proyectos de economía estatal o
socialista; y la de creación de alternativas microeconómicas, por
el otro, en que se enfatiza la experimentación y desarrollo de
iniciativas cooperativas, autogestionarias, comunitarias y
solidarias.
En
ambas orientaciones han participado millones de personas y multitudes
de variados grupos y organizaciones, en todos los países del mundo.
Ambas
dinámicas transformadoras y alternativas respecto del capitalismo,
orientadas por el objetivo de instaurar la ética y los valores de
justicia y de solidaridad en la organización y en el comportamiento
económico, han estado acompañadas y guiadas por pensamiento social,
por idearios ético-políticos, por la formulación intelectual de
estrategias, proyectos y programas de acción transformadora; con
éstas han sido formados muchísimos dirigentes, intelectuales,
comunicadores y políticos, en distintos niveles y grados.
Los
resultados reales de estos gigantescos esfuerzos, luchas y trabajos
son insatisfactorios, precarios, fragmentarios, parciales. De hecho,
el capitalismo continúa predominando, mientras las alternativas que
se han creado tienen presentan grandes limitaciones y dificultades
para consolidarse y desarrollarse.
No
obstante ello, estamos convencidos de que las razones,
contradicciones y problemas que impulsan estas búsquedas no
solamente continúan vigentes, sino que se han venido acentuando y
tornando cada vez más evidentes, al punto que encontrar las formas
de lograr una rápida y eficaz expansión de los procesos
transformadores y la creación de las alternativas, aparece hoy día
ya no solamente como una aspiración de muchos sino como una
verdadera necesidad de la sociedad en su conjunto.
Hemos
estudiado e investigado mucho para comprender las causas de las
limitaciones e insuficiencias de los resultados hasta hoy obtenidos
en estos procesos. Entre tales causas, una principal que hemos
identificado es la carencia de una rigurosa teoría económica, que
ofrezca una comprensión realmente científica de los problemas y de
sus posibles respuestas, tanto en cuanto al diagnóstico crítico de
la economía realmente existente, como de los proyectos
transformadores y alternativos posibles, así como de las formas de
construirlos y desarrollarlos.
En
efecto, el pensamiento, los idearios, las formulaciones de nuevos
modelos y proyectos, que han acompañado históricamente las
mencionadas búsquedas de una nueva y superior economía, han sido
elaborados fundamentalmente a nivel de doctrinas ético-filosóficas
o de ideologías ético-político-económicas, y no de teoría
económica científica.
Superar
esta insuficiencia, mediante la elaboración de teorías económicas
rigurosas, coherentes y consistentes, que proporcionen un cabal
conocimiento de las racionalidades económicas dadas y de aquellas
posibles de ser desarrolladas, es el sentido profundo que tiene
nuestra investigación.
La
hemos desplegado en torno a tres ejes temáticos fundamentales: la
Economía Solidaria a nivel micro-económico y sectorial; la
Democratización del Mercado y el
Desarrollo Sustentable como procesos y proyectos de nivel
societal; y la Teoría Económica Comprensiva como nueva
estructura del conocimiento y la proyectación de la economía en su
conjunto, capaz de proporcionar una adecuado entendimiento de la
pluralidad de formas económicas, y de las relaciones entre la
economía de intercambios, la economía pública o estatal, y la
economía solidaria. Dinámicas, estructuras, relaciones y
experiencias que requieren ser comprendidas científicamente para que
puedan eficazmente transformarse, perfeccionarse y desarrollarse.
Luis
Razeto
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