Si
la economía de solidaridad se constituye poniendo solidaridad en la
economía, ella se manifestará en distintas formas, grados y niveles
según la forma, el grado y el nivel en que la solidaridad se haga
presente en las actividades, unidades y procesos económicos. Por
esto podemos diferenciar en ella y en el proceso de su desarrollo dos
grandes dimensiones.
Si
la economía de solidaridad se constituye poniendo solidaridad en la
economía, ella se manifestará en distintas formas, grados y niveles
según la forma, el grado y el nivel en que la solidaridad se haga
presente en las actividades, unidades y procesos económicos. Por
esto podemos diferenciar en ella y en el proceso de su desarrollo dos
grandes dimensiones.
Por
un lado, habrá economía de solidaridad en la medida que en las
diferentes estructuras y organizaciones de la economía global vaya
creciendo la presencia de la solidaridad por la acción de los
sujetos que la organizan. Por otro lado, identificaremos economía de
solidaridad en una parte o sector especial de la economía: en
aquellas actividades, empresas y circuitos económicos en que la
solidaridad se haya hecho presente de manera intensiva y donde opere
como elemento articulador de los procesos de producción,
distribución, consumo y acumulación.
Distinguiremos
de este modo dos componentes que aparecen en la perspectiva de la
economía solidaria: un proceso de solidarización progresiva y
creciente de la economía global, y un proceso de construcción y
desarrollo paulatino de un sector especial de economía de
solidaridad.
Ambos
procesos se alimentarán y enriquecerán recíprocamente. Un sector
de economía de solidaridad consecuente podrá difundir sistemática
y metódicamente la solidaridad en la economía global, haciéndola
más solidaria e integrada. A su vez, una economía global en que la
solidaridad esté más extendida, proporcionará elementos y
facilidades especiales para el desarrollo de un sector de actividades
y organizaciones económicas consecuentemente solidarias.
En
uno u otro nivel la economía de solidaridad nos invita a todos. Ella
no podrá extenderse sino en la medida que los sujetos que actuamos
económicamente seamos más solidarios, porque toda actividad,
proceso y estructura económica es el resultado de la acción del
sujeto humano individual y social.
Para
expandir la economía de solidaridad es preciso que comprendamos en
profundidad la conveniencia, oportunidad e incluso necesidad de
construirla. Muchos hombres y mujeres, numerosos grupos humanos, han
emprendido caminos prácticos de incorporación de solidaridad en la
economía, y así se ha venido y está construyendo economía de
solidaridad tanto a nivel global como en un sector económico
especial. Tales procesos, por cierto, enfrentan múltiples obstáculos
y dificultades y deben hacer frente a tendencias adversas que parecen
ser hoy las predominantes. Pero lo que hacen no deja de dar
resultados y abrir huellas que otros podrán después seguir con
mayores facilidades. Conocer sus motivaciones y los caminos que están
siguiendo en sus experiencias nos puede proporcionar abundantes
estímulos y razones para no obstaculizarlos en su trabajo, para
apoyarlos positivamente y para sumarnos a sus búsquedas.
Conocer
esos motivos y caminos y aproximarnos a sus experiencias nos llevará
a comprender cuáles son las formas y contenidos de la economía de
solidaridad más consecuentemente desarrollada.
En
efecto, pensamos la economía de solidaridad como un gran espacio al
que se converge desde diferentes caminos, que se originan a partir de
diversas situaciones y experiencias; o como una gran casa a la que se
entra con distintas motivaciones por diferentes puertas. Diversos
grupos humanos comparten esas motivaciones y transitan esos caminos,
experimentando diversas maneras de hacer economía con solidaridad.
Esas
distintas iniciativas se van encontrando en el espacio al que
convergen: allí se conocen, intercambian sus razones y experiencias,
se aportan y complementan recíprocamente, se enriquecen unas con
otras. Los que llegan por un motivo aprenden a reconocer el valor y
la validez de los otros, y así se va construyendo un proceso en el
cual la racionalidad especial de la economía de solidaridad se va
completando, potenciando y adquiriendo creciente coherencia e
integralidad. Conociendo esos motivos y caminos, esas búsquedas y
experiencias, iremos comprendiendo cada vez más amplia y
profundamente qué es la economía de solidaridad y encontraremos
abundantes razones para participar en ella.
Profundiza aquí: LOS CAMINOS DE LA ECONOMÍA SOLIDARIA
Excelente 👍
ResponderEliminar