miércoles, 8 de mayo de 2019

LA COORDINACIÓN HORIZONTAL DE LAS DECISIONES EN EL TRÁNSITO A UNA CIVILIZACIÓN POST-CAPITALISTA Y POST-ESTATISTA - Luis Razeto

Internet, especialmente a través de las redes sociales y de las aplicaciones colaborativas, está transformando aceleradamente numerosas actividades económicas. Ejemplos de ello son, entre otros:
- La televisión por internet, que está reemplazando gran parte de los servicios que presta la televisión abierta y por cable.
- La prensa y el periodismo ciudadano, con la existencia de numerosos medios de prensa gestionados por personas y asociaciones.
- La edición y distribución de libros con la publicación de e-book.
- El e-learning y la educación por internet, que multiplican las opciones educacionales en todos los niveles.
- La publicidad que se realiza a través de las redes y los website.
- El transporte a través de aplicaciones que conectan directamente a los oferentes y los demandantes del servicio, facilitando el uso compartido de automóviles y desplazando servicios convencioneles de taxis y otros.
- Servicios que reemplazan la hotelería tradicional mediante aplicaciones que conectan la demanda turística con la oferta doméstica de habitaciones y servicios.
- El comercio realizado mediante plataformas que facilitan la compra y venta de todo tipo de productos por parte de personas que generan iniciativas diversas desde sus hogares.
La novedad y el hecho esencial que distingue a estas nuevas formas de actividad es que con ellas se comienza a realizar una extendida coordinación horizontal de las decisiones, entre personas y organizaciones independientes, tanto a nivel interno de cada país como en el plano internacional.
Todo esto forma parte de un proceso de transformación histórica epocal, consistente en el tránsito hacia una nueva civilización, que podemos caracterizar como post-capitalista y post-estatista, y que se distinguirá por la expansión de la creatividad, la autonomía y la solidaridad de las personas y a nivel de la sociedad en su conjunto.
En la civilización moderna, capitalista y estatista a la vez, la coordinación de las decisiones es efectuada principalmente por las empresas capitalistas y por el Estado (territorial). Las personas son coordinadas en sus actividades desde arriba, verticalmente. Por un lado las empresas, los bancos y los intermediadores comerciales, y por otro lado el Estado y sus instancias de administración pública, que obtienen como remuneración de sus servicios de coordinación, un porcentaje importante de la riqueza producida socialmente. Son las ganancias que logran los primeros, y los impuestos que cobran los Estados.
Esta civilización capitalista y estatista establece, mediante esos modos verticales de coordinación, una división de la sociedad en dos niveles: los dirigentes y los dirigidos, o sea los coordinadores y los coordinados.
Los fenómenos arriba mencionados, que facilitan y permiten la coordinación horizontal de las decisiones, están empezando a cambiar las estructuras del mercado y las funciones del Estado, que se habían mantenido durante los más de cinco siglos de vigencia de la civilización moderna.
El cambio es rápido y se está acelerando; pero no ocurre sin la resistencia de los coordinadores privados y públicos que ven disminuir su importancia y, sobre todo, la posibilidad de continuar obteniendo ingresos por sus servicios de coordinación vertical. El mayor esfuerzo que hacen se orienta a declarar ilegales las actividades de coordinación horizontal, que no pasan por la regulación estatal, criticándolas por constituir “competencia desleal” (pues se ahorran los costos de la coordinación vertical).
La coordinación horizontal no opera fuera del mercado, pero lo transforma en sentido de su democratización, haciendo posible el ideal de que todos seamos en cierto modo empresarios y trabajadores al mismo tiempo. Tampoco opera fuera del ordenamiento estatal, pero también lo democratiza, haciendo posible que las funciones sociales que favorecen el bien común integren los recursos, las iniciativas y las actividades de los ciudadanos y sus organizaciones.
Estamos conociendo y viviendo las primeras manifestaciones de este proceso transformador. Un paso clave en la consolidación de la civilización post-capitalista y post-estatista se dará cuando la coordinación horizontal comience a funcionar al nivel de la emisión y la circulación del dinero, cuya emisión es actualmente monopolio del Estado y cuya circulación es coordinada por los bancos comerciales. Las experiencias ya probadas de dineros complementarios y alternativos, organizados horizontalmente por productores y consumidores solidariamente asociados, demuestra que ello es perfectamente posible, y entonces, nos permite prever que ocurrirá, superando las resistencias que con toda seguridad interpondrán los bancos y los estados.
Las reaccionarias resistencias al cambio que oponen y opondrán los "coordinadores verticales" (estatistas y capitalistas) serán vencidas por tres razones básicas: 1. Porque las nuevas tecnologías y la coordinación horizontal están en el ADN de las generaciones jóvenes. 2. Porque el carácter mundial del cambio en curso le hace trascender las posibilidades de ser controlado por parte de instituciones que tienen capacidad de operar solamente a nivel nacional (territorial). 3. Porque cuando una función se torna innecesaria e incluso contraproducente (como será el caso de la coordinación vertical), más temprano que tarde la situación parasitaria en que cae se hará evidente, y en consecuencia, insoportable.

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